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El poder del amor para sanar

De The Christian Science Monitor - 25 de enero de 2011


Hace unos meses en el periódico Sunday Times (Londres) se publicó un titular que no creo que sea una sorpresa para los que se ocupan del cuidado de la salud. Decía: “Una droga milagrosa en los estantes del NHS (Servicio Nacional de Salud): el amor” (9 de enero). El artículo dice: “Los estudios clínicos demuestran que la atención considerada acelera la curación, reduce las complicaciones y acorta las readmisiones, mientras que la creación del temor y la ansiedad en los pacientes tiene el efecto contrario”.

Este descubrimiento es uno que mucha gente va a aplaudir porque no hay duda de que tal tratamiento va a conducir a un mayor confort y felicidad para los pacientes. Es un paso en la dirección correcta.

Sin embargo, en el sentido más elevado, el mejor cuidado y amor que puede ponerse en práctica nos los mostró Cristo Jesús, quien comprendió que cada individuo es espiritual y está bajo el cuidado de Dios, el Amor divino. Jesús, el sanador más grande que el mundo jamás haya conocido, sanaba por medio de su entendimiento y obediencia a Dios. Sus obras eran realmente el Amor expresado. Y lo que me parece muy importante es que esperaba que sus seguidores hicieran lo mismo. Les dijo a los discípulos: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; que como yo os he amado, así también os améis unos a otros” (Juan 13: 34).

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