Originales Web
Apareció primero el 19 de febrero de 2024 como original para la Web.
Lo que sucede en tu vida como resultado de tu oración y tu receptividad al bien está gobernado por Dios, el Principio perfecto de toda bondad.
Lo que realmente necesitamos para tener una familia feliz y equilibrada es comprender los atributos del Espíritu, como armonía, gracia y alegría, que no pueden dejar de enriquecer nuestra experiencia.
Surgieron muchos desafíos, pero mi esposo y el practicista me apoyaron mediante la oración durante todo el embarazo, y una cosa quedó clara: nada podía tocar esta idea espiritual.
Original en español
Sentí que era el Cristo, la verdadera idea de Dios, que Jesús encarnó, que me fortalecía y me capacitaba para apoyarme en Dios para sanar.
Cuando me desperté a la mañana siguiente, sentí como si me hubieran quitado una pesada carga de encima. Me di cuenta de que nuestro Padre-Madre Dios tiene un bien maravilloso, no solo para mi familia, sino para mí también.
Al reflexionar sobre esa experiencia, que ocurrió hace décadas, me he dado cuenta de que la pregunta: “¿Qué haría Jesús?” —o, en otras palabras, “¿Cómo respondería Jesús?”— es una pregunta que podríamos hacernos en cualquier circunstancia.
Orar puede ayudarnos a escuchar los buenos pensamientos que siempre vienen de Dios, y esos pensamientos nos sanan.
Por eso, cada vez que era tentado a sentirme resentido, revisaba el pensamiento y lo reemplazaba con gratitud por el bien que mi aparente enemigo y la situación difícil le hacían a mi crecimiento espiritual.
En lugar de pedirle a Dios que nos arroje un poco de bondad, es una alegría abrazar la presencia constante de Dios y su amor inquebrantable, inmutable e ilimitado.
Estaba completamente libre de ira, resentimiento, ansiedad y culpa. Solo sentía amor y perdón.